tag:blogger.com,1999:blog-8270707637672166929.post1675951556607745016..comments2024-01-14T17:44:25.943+01:00Comments on Profundamente superficial: Sobre la cultura popularJavier Gallegohttp://www.blogger.com/profile/11027146826556768492noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-8270707637672166929.post-86578700063414962862017-05-28T23:58:29.123+02:002017-05-28T23:58:29.123+02:00En primer lugar, gracias por tu lectura atenta y l...En primer lugar, gracias por tu lectura atenta y los comentarios. Estoy con todo lo que dices. Es difícil saber cuándo es una crítica "legítima" y cuando solo es un prejuicio de clase. Como siempre, la razón es humana, demasiado humana. Por ejemplo, el sexismo tan marcado de los canis / chonis es algo realmente deplorable, por mucho que uno intente explicar cómo se producen estas dinámicas y le encuentre sentido al juego de seducción/repulsión/sumisión/control.<br />Es un problema que ya se encontraron los antropólogos y optaron por abandonar. El relativismo cultural acabó por entenderse de una manera perversa: del todas las culturas son respetables al todo de todas las culturas es respetable. <br />Sinceramente, creo que debemos evidenciar las incongruencias y los problemas de cualquier grupo, sea el nuestro o el lejano. Intentando ser honesto y no mirar con el aire de superioridad y condescendencia (que me perdone Javier Diz por el anglicismo).<br />Sobre Victor Lenore, al que sigo con interés como crítico musical y cultural, le noté en Hipster... algo descentrado y exagerado. No creo que se pueda hablar de una dominación cultural. O, al menos, circunscribirlo a la geografía en la que él vive.<br />Cada vez que oigo criticar la música más popular, como puede ser el reggaetón, por repetitiva y simple, recuerdo que me gusta Elvis y todo el rockabilly que es básicamente lo mismo siempre. Quizás sea que no tenemos las herramientas suficientes para la crítica. Lo tenemos claro, pero fallamos en los argumentos.<br />Muchas gracias por los comentarios. Un saludo muy grandeJavier Gallegohttps://www.blogger.com/profile/11027146826556768492noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8270707637672166929.post-86055155690800773412017-05-26T20:27:11.464+02:002017-05-26T20:27:11.464+02:00Hola Javier:
He dado recientemente con el artícul...Hola Javier:<br /><br />He dado recientemente con el artículo de Broncano, y tras leerlo más de una vez no estoy seguro de haberlo entendido del todo… o, en todo caso, me ha quedado la impresión de que hay algo que no cuadra. Y creo que eso que no me cuadra tiene que ver con dos ideas que mencionas en tu artículo.<br /><br />En primer lugar, está claro que la demonización de la que habla Broncano es injusta e injustificada. Pero también es cierto que, como dices, puede que determinadas subculturas tengan “dinámicas perjudiciales para sus propios intereses”. Tomemos los ejemplos de Brocano de las chonis y los canis: ¿no nos sería posible pensar en algunas de esas dinámicas? A mí, al menos, sí. Ello no implica que las chonis o los canis se merezcan ser despreciados, pero se seguiría cumpliendo que algunos de los aspectos de sus modos de vida podrían ser dudosos desde el punto de vista de sus propios intereses. Pero, ¿cómo podríamos destacar esos aspectos si nos empeñamos en blindarlos a la crítica por el hecho de ser expresiones de la cultura popular?<br /><br />En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, estoy de acuerdo en que “todas las culturas tienen elementos francamente mejorables, sujetos a críticas y a mejoras sin que necesariamente se pierda la diversidad cultural”. Pero, como decía arriba, si nos empecinamos en mantener que toda distinción cultural no es más que un prejuicio de clase implícito, ¿cómo hallar y combatir esos elementos mejorables?<br /><br />La unión de esos dos puntos es lo que echo de menos en el artículo de Broncano. Para el autor se ha producido una nueva desigualdad al impedirnos la “reflexión sobre la propia cultura”. Pero, ¿y si para poder reflexionar sobre la propia cultura necesitáramos la crítica, no dar por sentado el valor de una expresión cultural (las chonis, los canis) simplemente porque es diferente, porque es diverso, porque es popular? Y si lleváramos a cabo la crítica, y halláramos esos elementos francamente mejorables de los que hablas, ¿por qué deberíamos renunciar a denunciarlos? (sin demonizar, está claro)<br /><br />Desde mi modesto punto de vista, creo que es una inconsistencia en la que también caen otros analistas, como el mismo Víctor Lenore. Está claro que en la música hay mucho elitismo cultural, y a priori parece absurdo relegar a la categoría de productos de segunda a determinados artistas. Pero, ¿eso implica que debamos renunciar a evaluar y valorar sus expresiones artísticas? Es cierto que Camela, la música mákina o El Barrio forman parte del gusto de miles de personas que no se merecen ser víctimas de un prejuicio chovinista. Pero ¿eso legitima sus propuestas musicales? ¿No podría ser que la música mákina, o el reggaetón, fueran genuinamente productos nefastos desde, por ejemplo, un punto de vista compositivo?<br /><br />En fin, no sé si me he explicado muy bien. De todas maneras, gracias por tu artículo.<br />Anonymousnoreply@blogger.com