miércoles, 2 de marzo de 2022

Reseña de la revista ‘Ítaca’. nº 5. Otoño 2021


Tras la presentación de su directora, Isabel Marina, comienza el artículo del psicólogo Andrés Calvo Kalch, en esta ocasión tratando cómo la regulación de las emociones puede ser uno de los beneficios de la poesía. La poesía incluye una conexión emocional profunda entre el poeta y el lector, además de los esfuerzos que se ponen en juego a la hora de descifrar las imágenes y las figuras literarias. La poeta Dionisia García es entrevistada por Isabel Marina. Nos recuerda la ayuda que le ha dado la poesía en tiempos de aflicción, porque “Escribir es un acto de amor”. Completa la entrevista una selección de poemas: “En declive, la edad; es otro resurgir muy diferente / el que llama y alerta. Es hermoso / sentir que el corazón aún avecina / y en nuestro hondo pecho el latido de un bien ya sosegado  / aprovecha las dádivas, los posibles gozos” (Última voluntad); “No vendas por tan poco cuanto fuiste, / aquello que los años nos regalan” (Edad tardía).

Efi Cubero revisa la obra de Virginia Woolf desde el desasosiego que es fuente para su poesía, tanto la que está en los poemas como la que se desprende de su prosa. No podemos tampoco olvidar el sufrimiento que padeció, desde su propia personalidad tanto como de las desgracias que le fueron sucediendo.

La periodista Susana D. Tejedor le dedica una sentida semblanza a la figura entrañable de Concha Quirós, figura emblemática del mundo de las letras desde su librería Cervantes fallecida recientemente. Carmen Cabeza reflexiona, por su parte, con una posible definición de la poesía, que debería incluir la sustancia y la forma, y que no podemos sino admirar su misterio. Ángel Alonso dedica unas páginas a Florbela Espanca figura fundamental del neorromanticismo portugués, más cerca de Rosalía de Castro que de Pessoa. Acompaña el artículo una selección de poemas: “¡Horas crepusculares, doloridas, / corren ligeras, perezosamente, / cae la tarde, soñadoramente…, / vamos de la mano, sin compañía!” (Crepúsculo); “Muerte, de dedos aterciopelados, / ¡ciérrame los ojos, de ver cansados! / ¡Detén mis alas que han volado tanto” (A la muerte); “Contemplando tu mirada / tan fría e indiferente, / me hace llorar un amor / que tu corazón no siente” (Cuartetas a Él).

La sección dedicada a poemas la inicia Francisco Álvarez Velasco (“Ahora solo se oye / el roer de la carcoma / en el viejo baúl. / Sin embargo, por algunos / momentos fantasmales / sigue la vida”); Jesús Cárdenas (“Afuera, la calle y su furia extrema, / distintas heridas, gente de paso”); Daniel Cotta Lobato (“La vida pasa página / y viene una hoja en blanco /…/ Pero ya huele a vieja en mis estantes / la segunda edición / corregida y mermada / de mi vida”); Anabel Cósimo (“La mujer de piedra / alumbró, en atávica negrura, / una niña con seis pasos de danza / pero vacía de canción de cuna”); Yuleisy Cruz Lezcano (“abre vías / para dejar correr la sangre / a pesar del giro estático / en este mar que no lleva/ a ningún sitio”); Aitor Francos (“Que nadie escriba más. / Nada de lo que digáis será escuchado”); Inaciu Galán (“Son les ocho, / lleo un poema, / suaño contigo / toi vivu y bien vivu, / anque respeto les solombres”); María Esther García López (“Siento tu voz entrecortada / entre el murmullo del agua”);  un servidor, mi tocayo Javier Gilabert (“La muerte no limita la existencia, / ni anula con su efecto el estigma de la vida”); Eduardo Gregori (“Empiezo a sospechar / que esta historia de amor es una excusa, / para añorarte luego”); Ana Pérez Cañamares (“Al monde voy buscando / las huellas de mis padres. / Son apenas un encaje de barro / o una escritura sin consecuencias”); Sara Prida Vega (“Y yo desde el umbral asisto / a su juego de paternidades / sonriendo, vomito sangre y leche / sobre la alfombra”); Isabel Rezmo (“Cierra los ojos, / basta encontrar el índice. / El último rayo, que dé agua / a esta sequía”) y Miguel Veyrat (“Al final besar tu frente helada / Donde el mármol poco / A poco aposentará / El blanco sideral del alba tuya”).

Las reseñas incluyen la que Yasmina Álvarez Menéndez hace de Como una sola luz (BajAmar), de Marcos Tramón; la que Jesús Cárdenas dedica generosísimamente a Somos Grieta (BajAmar), de un servidor; Pedro Luis Menéndez revisa Aire de lugar y gente (Trea), de José Carlos Díaz; Sandra Sánchez repasa Vivir en tus orillas (Versos desde Null Island) (BajAmar), de Yasmina Álvarez; y se cierra con el análisis de Isabel Marina a Solo inclasificable (Siltolá), de Efi Cubero.

Muy pronto verá un nuevo número esta revista que se ha asentado de manera sólida en el panorama poético patrio.

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