“Jamás fuimos más
fuertes que cuando estuvimos a punto de ser vencidos”
El leonés Antonio Manilla lleva
publicados 8 libros de poesía. Su labor periodística ha sido merecedora de
varios reconocimientos. Escribió la biografía del magnate hispano-mexicano
Antonio Fernández (Un empresario modelo)
y la serie de historias biográficas Mentes maravillosas. Ha publicado ensayo (Ciberadaptados), novela (Todos hablan, 2020) y literatura
infantil y juvenil. Coordina la poesía de la revista digital Epicuro y mantiene una columna semanal
en el Diario de León.
El
título de esta entrega es claramente deudor de Kavafis: “No fue necesario
esperar la avenida de los bárbaros porque los bárbaros estaban entre nosotros,
esperando la ocasión de desvelarse” (No,
nunca, jamás). El gran medievalista Robert Fossier en la introducción a la
Historia de Europa en la Edad Media, recordaba que no había grandes diferencias
entre el espíritu violento de romanos y bárbaros: “Solo nosotros, de entre
todas las civilizaciones devastadas, podemos decir que conocíamos las caras de
los bárbaros. // Pobre honor de haber sido vecinos, hermanos o amantes de aquel
que iba a derrotarnos” (No, nunca, jamás).
Metafóricamente,
el bárbaro que llevamos dentro, como sociedad y como persona es el protagonista
de esta colección de textos en prosa y verso. Las referencias históricas
reales, como las de Valente el emperador sirven para encuadrar poemas, digamos
históricos. El testamento de Marco
Aurelio, como todas las introducciones, son textos más expositivos que
poéticos, sin dejar el estilo elegante y conciso de Manilla. Advierte, en este
caso, que este filósofo fue el primero en admitir bárbaros como colonos y como
federados: “De los hombres, / hay algo que sabemos: /saben fingir en la
derrota, / pero no se someten ni aceptan el olvido” (El testamento de Marco Aurelio).
“Bajo esta tierra duermen sin descanso
un sueño de leones
hombres que imaginaron el mundo en sus extremos” (Confines)
Valente, Estilicón, aquel
incomprendido general que Honorio destituyó y ejecutó, logrando que sus tropas
engrosaran los ejércitos de Alarico quien saqueó Roma en el 410. Poemas más
rigurosamente históricos, como una mise
en scène (Enemigo Público),
mientras que otros encajan más en la alegoría. Zenón, general que pudo heredar
el Imperio reunificado murió misteriosamente. Roma “Permanece en su sitio, /
más yo no soy el mismo” (Espero despertar
en un rincón de Isauria); Julio Nepote: “Me sostiene la inercia del pasado.
// Soy esa altiva ruina / que un día y otro hacen frente a los vientos / y una
tarde se desmoronan al paso de los pájaros, / vencida por el aire de su vuelo”
(Altiva ruina).
Este
valiente volumen, rigurosamente histórico y profundamente poético se sirve
ilustrado por los dibujos de Hilario Barrero.
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