domingo, 17 de marzo de 2024

Reseña de Itziar Mínguez Arnáiz: ‘Game Over’. BajAmar. 2023

 GAME OVER : MÍNGUEZ ARNÁIZ, ITZIAR: Amazon.es: Libros


El nuevo poemario de Itziar Mínguez es conceptual alrededor de la metáfora de los videojuegos. Retomaremos, pues, el título de la novela del poeta Daniel Cotta, y pasaremos a videojugarse la vida. Los poemas van siguiendo el proceso de una máquina de videojuegos de unos recreativos, comenzando con el Inser Coin (to play) que supone una manera de acercarse a los momentos iniciales de la vida: “el juego acaba de empezar / pero no eres tú / quien introduce la moneda” (Insert coin). Mucho de nostalgia de inocencia hay en estos primeros poemas: “El adiós definitivo / ese viaje que deja atrás / el cálido viento / de donde nunca / decidiste partir // todos los viajes / son / desde entonces / el mismo viaje” (Parto); “Llora porque no sabes / qué haces aquí” (Llanto). De todas formas no hay que partir con la identificación total de cada sección con una etapa vital en sentido estricto, y así, hay versos que pueden emocionar para cualquier momento de la vida: “no hay nada en el mundo / que te inquiete más que esa certeza / sabes que ya eras tú / cuando no sabías nada de ti” (Albores).

Players (1 or 2) hace referencia, lógicamente, a los inicios de los afectos y las relaciones: “el segundo jugador / tiene otra misión / poner la zancadilla / cuando lo tienes fácil // y ofrecer el hombro / en los momentos difíciles” (Player [1 or 2]). Esos momentos en los que todo parece no tener repercusión, en la acertada metáfora, “El paraíso de la infancia / es un paraíso fiscal” (Paraísos) porque “y al final / pierdes de todas formas contra ti mismo” (Player 1). Seguidamente llega el mundo más adulto, el inicio de la partida: Start: “sales / y te matan / a la primera // pero no importa / te quedan muchas vidas” (Level 1).

Los poemas de Itziar Mínguez siempre han gozado de la extraña cualidad poética de la simplicidad, que no la simpleza, la de “decirlo todo / en un lenguaje ininteligible / que por fin / alguien entiende” (Magia). Con estas premisas lo escueto de los versos, lo minimalista de las expresiones consigue condensar un mensaje con las connotaciones que consigue emocionar por su lírica y por su ironía: “Elige // o mueres matando / aunque sean marcianitos // o te pasas la vida en el laberinto // con la boca abierta / y los ojos cerrados” (Battlestar versus Comecocos). Aprovecha los recovecos del mundo alegórico para ir desgranando las dudas y los convencimientos del ciclo vital: “Cuando seas mayor de edad / se irá para siempre / esa niña que reaparece / en el momento menos esperado / la misma que de adulta / buscará por todos los rincones de la casa / sin encontrarla jamás” (Dieciocho); “a restar y dividir / no quieres aprender” (Matemática elemental) y, por fin, “pero no olvides / la verdadera batalla / se libra ahí abajo / entre el fango y tus pasos” (Estrategias).

La conciencia de lo efímero es un recurso muy vinculado a los videojuegos: “el tiempo / y viene a por ti” (Carrera de fondo), pero, a diferencia de la vida real, en ellos puedes recomenzar sin remordimientos, es la Extra life: “Es / tu as / y está aquí / para jugarlo” (Extra life). Otra diferencia sustancial es la capacidad para compararse, la medición en el éxito de la vida, que Ia poeta maneja con ironía: “Has quemado / muchas naves / has arriesgado / hasta el límite / has agotado / vidas en el intento // y no has batido ningún récord” (Score).

Game Over, sin duda, es el final del ciclo y se compone de un poema largo que resume las conclusiones (“con los años / aprenderás a llevarlo / siempre contigo”) y centra los objetivos: “el enemigo a babor / siempre es el mismo / el tiempo /…/ aunque / siempre / gana / él /…/ daría la vida por jugar una partida / solo una partida más /…/ de repente te detienes / queda una moneda / una partida más / sonríes / y entras de nuevo / nunca has vuelto a ser tan feliz” (Game over). Sin embargo, como acabamos de decir, en los videojuegos se tiene la oportunidad de volver a comenzar, solo hay que seguir las indicaciones de la pantalla: Insert coin (to continue). Itziar Mínguez abandona cualquier atisbo de nostalgia para mirar al futuro tras las heridas: “Tocada / pero no hundida /…/ absolutamente convencida / de que lo mejor / está por llegar” (Guerra de barcos). Como bien resume en los agradecimientos: “Lejos de ser un libro de autoficción metapoética (…) Game over es la crónica de una vida que es la de todos”. Lo muy personal e íntimo es lo que nos une. Esa es la definición de poesía.

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