viernes, 30 de octubre de 2020

Reseña de Salvador Daza y María Regla Prieto: ‘Sangre en la sotana. Clérigos homicidas en la España Moderna y Contemporánea’. Ed. Renacimiento. Espuela de Plata.

Sangre en la sotana: Clérigos homicidas en la España Moderna y  Contemporánea: 44 Otros títulos: Amazon.es: Daza, Salvador, Prieto, María  Regla: Libros

Este es el quinto volumen de una serie de publicaciones que relatan unos crímenes cometidos por sacerdotes que partió de una investigación: Proceso criminal contra fray Pablo de San Benito en Sanlúcar de Barrameda (1774) (Universidad de Sevilla, 1998) y Proceso criminal contra fray Alonso Díaz (1713) (Universidad de Sevilla, 2000). Estos dos casos singulares dieron pie a una serie de volúmenes en los que se ha ido recopilando homicidios cometidos por religiosos, no se incluyen las ejecuciones del Santo Oficio, se trata solo de los crímenes personales. Tres obras han compilado los crímenes, unos con mayor volumen de información y, por ello, más detalles, y otros más sucintos. Clérigos homicidas en España (1535-1821) (Espuela de Plata, 2004), Lucifer con hábito y sotana. Clérigos homicidas en España y América (1556-1836) (Espuela de Plata, 2013) y este que nos ocupa que abarca hasta 1936.

La principal baza de esta serie es la inmensa labor de documentación, inédita y de prensa, mucha de ella inédita y el gran acierto, la habilidad para presentarla de manera asequible, sin dejar de lado el rigor ni dejarse llevar por el morbo que pudiera suscitar la contradicción entre la pretendida santidad a la que aspiran los siervos del Señor y su comportamiento, no solo pecaminoso, sino criminal. La narración es ágil, elegante y presenta con  oficio de novelista los casos, procurando no hacer ficción. Cuando la documentación no ofrece mayor número de datos o deja sin cubrir aspectos, los autores no aventuran, el compromiso con la veracidad histórica prevalece sobre el de la recreación.

En cuento a los casos, los hay de diverso tipo, algunos fruto del momento de ira y otros, calculados e intrincados planes. Algunos de los crímenes son muy violentos y causaron gran revuelo en su época. No se libran de la violencia ni siquiera los propios eclesiásticos. Uno de los casos más interesantes es el del abad de los Basilios de Madrid, que perpetraron monjes de su propio monasterio. Descubrimos monjes pendencieros más propios de las novelas de picaresca. Entre los religiosos se distinguen algunos bandoleros, vengativos otros, por alcanzar unas tierras o un honor y, sobre todo, muchos crímenes que tienen que ver con la violencia hacia las mujeres. Aunque fuera un concepto alejado de la mentalidad de las épocas aquí retratadas, sorprende la cantidad de asesinatos motivados por el intento de violación de una mujer, bien a ella misma o a su marido. Los celos, la negativa a ceder a sus deseos llegan a planear minuciosamente los crímenes.

Lo que más llama la atención es la constatación de la amplia resistencia por parte de las autoridades eclesiásticas a ceder sus competencias sobre los sacerdotes acusados. Estos, sistemáticamente, quedaban eximidos de ser juzgados por la ley civil. Durante el Antiguo Régimen y aún más allá, con el régimen liberal ya estableciéndose tras el infausto reinado de Fernando VII, los miembros del clero seguían un régimen disciplinario propio. A partir de 1835, supuestamente había cambiado la legislación y debían ser juzgados como el resto de criminales. Sin embargo, la Iglesia siguió usando su poder e influencia para apartarlos del enjuiciamiento civil. Se resistieron siempre a ceder a la justicia ordinaria a pesar de las múltiples pruebas acerca de la culpabilidad. Además de unas historias de interés indudable, por el tema y por el posible morbo que despiertan, esta recopilación pone de manifiesto que la lucha por la igualdad ante la ley ha tenido que lidiar con los poderes fácticos.

Solo nos queda, por un lado esperar las siguientes entregas que llegue hasta nuestros días y, sobre todo, que pudieran dejar de ser necesarios porque se acabara la materia sobre la que hacer la divulgación. El final de la historia criminal de quienes debían ser ejemplares en el sentido diametralmente opuesto.

 

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