jueves, 13 de julio de 2023

Reseña de Rafa García Jover: ‘Del privilegio de la ingravidez’. Boria. 2023

 REALISMO VISIONARIO O «QUE ME DEJEN OIR CÓMO CALLAN LAS NUBES» - Boria  Ediciones

Rafa García Jover forma parte del grupo de difusión poética Dilluns Poètics y publicó en 2020 Introducción y notas (2020). En el prólogo, Marisol Sánchez Gómez califica este volumen de “libro-enigma fascinante”. Comienza parafraseando a Mircea Cârtârescu: “¿por qué puedo entenderlo todo si no puedo decir nada?” (Introito). Del privilegio de la ingravidez se mueve entre los terrenos de la vulnerabilidad y la certeza. Rafa García Jover compone los poemas a partir de citas, poemas encontrados encontrando un equilibrio casi onírico.

La pregunta es una de esas herramientas. En la primera parte, Donde la ingravidez, comienza con el cuestionamiento: “¿de qué te sirve la piel si es dura / como el mármol? / escultura griega de áurea belleza / suavizada a golpes /…/ ¿de qué te serviría entonces una piel que no fuese dura como el mármol? /…/ y esos objetos que hablan / de la violencia de lo cotidiano” (Biografía [Canto al hijo]). Otra herramienta tiene que ver con el cuestionamiento interior y la voluntad de tomar las riendas: “que la voz que nos narre / no sea una voz ajena / una voz en off / sino nuestra propia voz / con su propia lengua / saliva propia pegajosa” (Abrir las zanjas); “escápate riéndose /…/ no te ocultas de la forma más cobarde / ningún depredador se interesará por ti / tu piel adoptará el color de lo que huyes” (Tabla de salvación). Quizás pareciera que esa tabla de salvación no es el lenguaje y haya que “Dramatizar la vida / y no olvidarse el texto en un rincón / ni salir a escena / borrar lo aprendido” y “regresar a esta rotundidad aérea / acaso lo tuyo y encontrarse con esta luz” (Lamed Wufnik, a la manera de Borges). Sin embargo no es una decisión exenta de dudas: “¿estaré más cerca del diablo que de la pesadilla / de lo justo de la niebla / de la soledad que da la arena / al acecho y de puntillas / como todo el mundo?” (Duda razonable).

“quién sabe

lo duro que es crearse una conciencia propia

imposible de mantener a flote

el hijo” (Instrucciones para el suicidio (de Grett Trakl)

Road poetry es el título y la perspectiva que se abre: “¿por qué siempre subimos a un coche / (como cuando nos sentábamos en una piedra) / que nos desplaza / lo hacemos movidos por / un sentimiento de culpa?” (Primera parte / El don de la ingravidez). El homo viator sigue la senda de ciertos poetas que no viven en la torre de marfil: “Whitman lorca ginsburg cardenal / la / palabra del poeta está en el supermercado / porque es aquí donde se pierde en el silencio / y se recupera in extremis el grito de los que gritan // easton ellis letten tartt”. Sin embargo, Rafa García Jover pretende luchar contra la determinación: “la gravedad desaparecerá cuando el cuerpo / cansado de toda imagen / flota entre las leyes físicas”.

Numerados se suceden los poemas como episodios en el camino: “puerta nº 3 / adolescentes que ocultan su secreto más terrible /(porque no tuvieron a quién contarlo)/ sin el menor esfuerzo / de la manera más fácil / o donde antes hubiéramos jurado conocernos / son nuestros hijos / saben de ellos más cosas de las que ellos mismos saben” (9. Enigmas). Son momentos y personajes que rodean al poeta más allá de lo más obvio y cercano: “y si alguien / descubre el engaño / como a la salida más próxima / allí se le realizará una prueba para delimitar / el grado de humillación que haya podido / usted infringir a través de sus actas / se le dará a elegir entre la nieve del invierno / y los filamentos de la soga” (12 Capitalismo). García Jover, por momentos, hace una enmienda a la totalidad: “la poesía no existe / porque no existe (no podemos) la poesía de la poesía / en un adosado en brooklyn” (15. Un adosado en Brooklyn); “recordar es convertir una realidad / el pasado en metáfora: nostalgia / melancolía es entender la metáfora / ¿en qué te has convertido?” (Retrato a mediados del siglo XXI).

La carretera está llena de referencias varias, como la matanza de Columbine, o los Hollister, Puerto Hurraco: “emilio y antonio 1990 esperaban bajo la cúpula / el pájaro se ha convertido / el ser humano / hablan entre ellos de obscenos bikinis y / del pie de página que / cubre el realismo psicótico del siglo XXI” (4. P). Es la acción del poeta sobre el lenguaje la solución en el peregrinar, una acción entre el silencio y la palabra: “El silencio no habla de lo que ocurre / traza / una línea y no palabras / para sostener una semilla / que / brota / desde sus raíces” (6). Un grito de rabia se alza: “ya no es posible y solo queda si queda / la posibilidad de crear la memoria / que plagada de gritar haya el volver / para juzgar a vivos y vivos // a los muertos que les den” (7).

La tercera parte abandona la metáfora del viaje para adoptar la forma de un Tratado filosófico-semántico sobre la ingravidez: “no hay fosa sin montaña / la tierra te devuelve lo que le quita” (La ingravidez [1ª versión]). El trabajo poético de García Jover se condensa en mutar el tono sin perder la consistencia, ya sea en momentos más narrativos, más evocativos, o, en la última parte, más reflexivos, voluntariamente filosóficos: “la levedad muestra cómo / el único rasgo transferible es / lo que convierte el pensamiento elevado necesidad y no es entusiasmo del reposo /…/ más que desentrañar un papel decisivo / ha de desempeñar un papel derivado / el vacío / sin más” (La ingravidez (2ª versión)).

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