jueves, 8 de diciembre de 2022

Reseña de Sihara Nuño: ‘La filtración de la luz’. Chamán Ediciones, 2022.  

LA FILTRACION DE LA LUZ | SIHARA NUÑO | Casa del Libro

México, 1986, poeta, aforista y librera. El olor del espacio (2022), Solo el ruido (2018), Cerdo con monóculo (2019), Anatomía (2018), Enormidad (2018), Hipopotomonstrosesquipedaliofobia (2017), La casa que nos habita (2017), Los cerdos también sonríen (2016). Sihara Nuño hace una declaración explicita de la identificación de la ciencia y la poesía. Estructura como un libro de Física y declara que “pretendo ordenarme las dudas, las incertidumbres y alguinos verso” (Dudario). Ambas son formas de conocimiento, con sus límites y con sus hallazgos, pero también se trata de encontrar la lírica de la ciencia: “La física, la química, la biología… la palabra y las matemáticas descifran este mundo que intento asimilar. El núcleo atómico de la poesía [o de la nada]” (Dudario). Así, cada capítulo está titulado con temas de ciencia y subtitulado con la versión poética. El Capítulo I se llama “La materia está hecha de átomos: poesía en movimiento”.

Los científicos en los que se apoyan son el gran Carl Sagan y el inclasificable Feynman. La filosofía de la ciencia ha cuestionado desde la epistemología la necesidad de considerar la actividad científica como una actividad creadora, que necesita de mentes abiertas que ensanchen los límites, que replanteen los problemas: “Físicos teóricos y poetas experimentales. /…/ El surgimiento del poema, / el principio / único”. Y, a la vez, considerar que la actividad científica puede ser una torre de marfil que no tenga la valentía de acercarse a la realidad cotidiana: “Podemos decir las reacciones químicas del agua y no entender qué tiene que ver eso con la vida, con el pez y la hidrografía” (Geometría cerebral).

Si bien es cierto que “Las cosas son correctas por aproximación” (29), se trata de buscar “El experimento correcto y / obtendremos el destello [el poema]”. El reverso lírico que opone Sihara Nuño destaca que “Luz no quiere ser visión /…/ Qué es la luna sino la encía desdentada del recién nacido /…/ Qué es la luz, sino la noche. / Qué es la luz, sino la ciencia descubriendo la Poesía”; “Los Rayos X, como el poema, filtran la luz de manera que las estructuras más densas, como los huesos, como el pensamiento, la duda y la emoción primigenia de la ansiedad, bloquean las partículas y estampan la radiografía. Mi poética solo puede ser el desconocimiento de las cosas. El descubrimiento de palabra y objetos incomprensible” (La filtración de la luz: radiografía y óptica de la misma). El segundo capítulo trata de “Física básica: núcleos, partículas y palabras”. La poeta destaca La relatividad para el poeta: “Nunca. / Siempre. / Belleza. / Muerte. / El tiempo, claro, el tiempo”. La visión de la ciencia desde la poesía se pregunta “La Realidad. / ¿Hay alguna que podamos soportar?” (Estados de la materia) y se enfrenta: “Imaginación, cálculo, estimación, hipótesis, fragmentación… la realidad es más real de lo que el prisma nos muestra” (Prisma).

Ascendemos en el ordo científico con el capítulo III, “La física y su relación con otras ciencias: biología, química y neuropoética”. Una mística poética sabe de la “La invisibilidad de otros para salvarnos”, y la poeta consiente en que “La malformación congénita de mi pensamiento confunde la diferencia entre el propósito como un deseo humano y la función orgánica de la vida” (Geoquímica). La conclusión es que “Somos restos biológicos fallidos de la evolución”. Hemos citado la mística, y mucho de eso hay en estos versos que entretejen ciencia y poesía: “El universo, todos nosotros; la retina, la ceguera, el telescopio… quizá lo desconocido. / Páginas infinitas escritas con la variación del átomo” (Astronomía). Y también hay un lirismo conectado con el amor y la mecánica cuántica: “Este poema; / porque es, porque estás y existe, / solo por ser contiene ya / todo el universo”.

Aprovechando la “Conservación de la energía”, confesar que “El secreto es ceder. / Objeto en movimiento. / Ser reposo antes de la transformación”. Y aprovechando “La ley de gravitación”, coincidir que “Leyes de la mecánica que son / matemáticas cuantitativas / que, a su vez, abren los pétalos de la margarita” o que “La luz que atrae a una pequeña polilla / y dispone la danza cósmica”. De ahí saltamos a “Las matemáticas, la astrofísica y el sistema solar”, para recordarnos que “La verdadera belleza, la belleza matemática, se encuentra en el teorema. / De la concentración del universo, al absurdo y diminuto número”. Y, contra lo que sospechaba Carl Sagan, sufrir “El gran e insoportable silencio de sabernos, de creernos los únicos”.

Vuelve en “Comportamiento cuántico” a retomar el lenguaje más puramente científico, en este caso con fórmulas químicas, para luego, ascender hacia lo artístico: “La fuente luminosa: / una pequeña estrella pálida, falleciendo; / un cuadro de Paul Signac, la evolución de Van Gogh, / de Monet; / una idea /…/ Objeto nunca vistos: el poema obsoleto”. En realidad, como oportunamente nos recuerda la mecánica cuántica, “Que el ojo, / imperfecto como es, / reconstruye la realidad. / Realidad cuántica inalcanzable. Fragmentada”.

Huye, de todas formas, Sihara Nuño de una seriedad académica y fría, como buena discípula de Feynman, sabe que la broma, el humor son imprescindibles y que la realidad nos brinda momentos que tienen más de esperpento que de la sublime música de las esferas: “Las cucarachas, ayer llamaron a mi puerta, traían con ella la verdad, pero ya estaba indispuesta. / Radiactividad estratosférica, casi política, más bien masiva. // Las ondas gravitatorias se fueron a un campamento frío de refugiadas”.

Solo nos quedaría el “Principio de incertidumbre” para afrontar “La indexación de la libertad, / las incógnitas de la vida”. Como recoge la frase de Gustavo Amiel Schwartz en el Epílogo: “El conocimiento no sabe de disciplina; es, por naturaleza, indisciplinada”. Un buen ejemplo, como el recientemente editado por Liliputienses, el Experimento de la doble rendija, de Álvaro Muñoz Robledano de que la ciencia y la lírica no están tan alejadas y que se sustentan en una poética profunda que pretende explicarnos el mundo en un viaje de ida y vuelta.

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