lunes, 26 de diciembre de 2022

Reseña de María Belén Milla Altabás: ‘Todas las Nancys’. Liliputienses. 2022


Liliputienses nos trae a esta poeta nacida en Lima (1991). Estudió Literatura Hispánica en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es autora de los libros de poesía Archipiélago (Celacanto, 2016) y Amplitud del mito, publicado en Perú (Alastor Editores, 2018) y en España (Liberoamérica, 2019); y Tu querida devastada (2022). Es coautora del libro Había una vez una peruana (Xilófono, 2018). Ha sido editora de la antología de poesía Liberoamericanas: 140 poetas contemporáneas (Liberoamérica, 2018) y ha participado como traductora en la antología bilingüe de José Watanabe Todo cuerpo es tótem (Artepoética Press, 2019). Hay que destacar también su investigación El príncipe travestido. Género, transgresión y violencia en la Tercera Parte del Florisel Niquea de Feliciano de Silva (2022).

La primera característica de la poesía de María Belén Milla Altabás es el juego con la intertextualidad y la amplitud de referencias entre la alta cultura y el pop: “y toda esa gente desnuda abriendo las / cortinas de tu rostro / a los días dorados de la gran vida / con sus rubias mujeres humectadas / este doble deseo nada civil (Petrarca) /…/ entre los gritos de fútbol / y voleibol / declaro mi visión del mundo / como una mujer que se peina” (La querida del club house). Igual hay referencias a Petrarca como a John Ashberry, aparecen con la misma soltura los deportes contemporáneos que títulos en latín recordando a la Dido, reina de Cartago: “epicúrea mujer casi siempre grave / casi siempre esquiva, casta, premiada / casi siempre doméstica en los salones de un / colegio religioso donde se mide la exacta / longitud de las faltas” (Chambermaid); “Puede que también sea / tu abandonada Dido reina / de Cartago cortada a lo largo como una liebre” (Descripto puellae).

Ambientes que combinan con descaro el vocabulario feudal y la más rabiosa rebeldía motorizada: “Purasangre encantadora de moza / de las buenas familias del barrio / los primogénitos) / puntuales en sus obligaciones vasalláticas /…/ hierático te amo / en lo bélico y postbélico te amo / en la lenta reconstrucción de las ciudades te amo / en el momento fértil del amor” (The very boy of all boys); “sentada viéndome a mí misma dentro / del ring” (Apuestos novios fornidos en motos). En la descripción del amor se rastrean metáforas híbridas del Cantar de los Cantares y las ya anticuados videoclubes: “mi amante de la tienda de vídeo / cabalgó como corrigiéndome cada uno de sus errores /…/ fui una jabalina trazando la primera nota / del afecto” (Primer estado del deseo).

Sus declaraciones están hechas de humor seco: “y no esperamos ninguna bienvenida / los conceptos sanos son así de fríos” (Militia amoris). Porque, en el fondo, hay un profundo cuestionamiento de los arquetipos del amor convencional: “no es por maldad: el dolor es / conocimiento /…/ en esencia fuiste un sujeto amado / bienintencionado como las madres / vueltas a casar: / Nancy tu / madre sería decorativamente el ginger / ale /…/ nos sacaban las mejores monedas de los ojos / todas las Nancys” (Todas las Nancys); “nunca tendremos el color / de las mujercitas canónicas casadas” (Mi rabiosa queja). Sentencia: “y supe / la única manera de expresar el amor / es negándolo” (Los bienes deseables).

La naturaleza ambivalente del amor, de la belleza, de los afectos más primarios se va desagarrando en Todas las Nancys: “esto es lo que hacemos viviendo / primero con belleza después con rabia / yo la del sueño americano / yo tu mejor gimnasta” (Danke schön Elke); “Despreciámos la bondad / igual que las pulseras con perlas de fantasía /.../ No nos preocupaban las consecuencias de la guerra / moríamos simplemente” (La edad maravillosa). Aplica esa mirada cáustica y lúcida por los diversos rincones: “secretamente deseando / que dios sea grande / atlético / más precisamente / que pase por alto el holgado corazón / que lleno con cualquier agua” (Mención de honor).

Sin embargo, a pesar del repaso que circundan los versos, es el amor el tema principal. Un amor despojado de los méritos del amor cortés, colindante con la rabia y la decpeción: “tu mueca de villano de cinema / quien para sentirse solo / como un perfil izquierdo / acariciable” (Adiós cariño); “tu rabia / anúnciala como cualquier gran logro / como un golpe en el bajo vientre / sobre esa muy larga / alfombra roja” (Ex primera dama); “serán al fin los tres volúmenes enteros / de tu cariño no correspondido? polvo / enamorado? noli me tangere? / Soy la chica de tu campaña presidencial” (A mi muerte). Se carga de una actitud de rebeldía básica, instintiva: “nadie me cargaría dócilmente / sobre los hombros “(Tres o cuatro cosas); “oh lo demás es / tan solo un juego / en el que cambiamos cualquier sustancia por / su efecto moviéndose a en nosotros” (San Sebastián).

“yo había sido hermosa

como un club campestre

mi belleza periférica y mi amor

se sostuvo con pitos y mala hierba

/…/

yo había sido hermosa

como una relación de penitencia

una mentira

muy tierna

abriéndome el costado”

La conclusión de este poemario intenso tiene que ver con la reflexión consciente de los procesos tanto afectivos como los que tienen que ver con la creación. Entendemos la creación como el proceso de crearse una misma tanto como el de plasmar en palabras los acontecimientos, los sentimientos, las reflexiones. Una mirada profundamente desconfiada, prevenida hacia la resolución de los problemas, de los amores o del propio cambio del mundo:

“si los actos del lenguaje son minimalistas

 si tampoco han de mover ninguna

pequeña mesa

si soy tu adorada, tu ternera, tu

primera bailarina

si defiendo mi risa como una criatura lenta

bienvestida, muriendo

/…/

acepto

acepto ser la debutante en una

fiesta de salón

en la que nadie se mira” (Poema de las emociones comunes)

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