miércoles, 15 de marzo de 2023

Reseña de Emilio Calvo de Mora: ‘Un poco de swing, por favor. Aforismos sobre jazz’. Apeadero de aforistas. Cypress

UN POCO DE SWING, POR FAVOR - EMILIO CALVO DE MORA - 9788412389081

Este singular volumen cuenta con el prólogo de Rafael Carlos Roldán Sánchez. Decimos singular porque se antoja complicado dedicar un libro entero a recopilar aforismos que tengan que ver con el Jazz. La música afroamericana por excelencia, la que ha dado la vuelta al mundo recogiendo y asimilando tradiciones diversas, la que ha enriquecido otras tradiciones se convierte aquí en objeto de reflexión, porque, en general, “Todo lo que no es jazz podría serlo”.

Los aforismos sobre el jazz se pueden dividir entre los que son propiamente jazzísticos, es decir, hablan sobre jazz. Mientras, otros utilizan el jazz como una metáfora de la vida: “Sin atrevimiento, sin apasionamiento, sin completa y absoluta épica, el jazz queda en un ruido. Como la vida”. O, en todo caso, son mundos paralelos: “No solo se ama el jazz. A veces se ama con él”; “La vida debería ser solo dixieland”; “hay que discrepar para luego dar la razón con todo el entusiasmo posible. Dicho de otra manera: “haz lo que te dé la gana, pero conmigo”. Al final, el jazz es una declaración de amor en toda regla”; “El jazz es uno de los errores más hermosos. El arte lo es. La vida”. Incluso  “El amor y el jazz son pleonasmos: dan énfasis a lo que no tendrían”.

Entre los primeros podríamos citar: “En jazz, en ocasiones, es la fruta rara del árbol quemado. Y tiene la voz de Billie Holiday”;  “La imagen con la que más me imagino el jazz es la de unos caballos perdidos en una tormenta. Se oye que galopan. Relinchan en la oscuridad. Nadie los monta”;  “Si suena en un ascensor entre la planta baja y la catorce, no es jazz”; “El jazz es la aristocracia del pobre”; “La del jazz es una claridad que finge acomodarse en la sombra. Más se la ama cuesta arrimarle al espíritu. Cuanto más obliga a afinar los sentidos, con mayor esplendor se esparce y asienta”; “El jazz es de una inocencia que, por pura, escandaliza al depravado”.

Hay paralelismos entre las distintas tradiciones artísticas: “Se atribuye al jazz una inclinación a improvisar, pero hasta las digresiones y los escarceos, todo ese barroco contrapunto de notas que parecen extraviarse, está planeado. Ellas saben adónde van y se cogen de la mano en el camino de vuelta a casa”; “El jazz, más que semántica, es sintaxis; más que significado, arquitectura”; “El surrealismo es el free jazz de la literatura”; “Se atribuye a John Coltrane la frase: “Se puede lo que se hace”. Se ve que, en ratos libres, le daba al aforismo”. Igualmente hay conexiones imposibles, como que “… Heráclito tendría que haber ido al Cotton Club”.

Es inevitable que se aborde desde un gusto específico. Así, Emilio Calvo de Mora resume la historia del jazz “El jazz nace del cancionero popular. Es una especie de folk con instrumentos de viento. Todo muy humilde, todo muy proletario. Luego se hace culto, se toca en las catedrales y adquiera la pompa de las grandes circunstancias. También ocupa veinte segundos frenéticos en un anuncio de colonia carísima antes de la final de la Super Bowl”.  O cuando el autor sentencia, no sin falta de razón: “El jazz será promiscuo o no será”.

Hay que conocer algo, para comprender los estilos y los principales personajes, pero no es ultra especialista: “Ravel está pensando en un local de Harlem y en Duke Ellington, que todavía no era Duke Ellington”. Y, con todo el sentido del humor: “Miles vale Davis que mal acompañado”. De todas formas, para poder hacerse una idea más clara, termina con una amplia y sugerente playlist. Todo un disfrute para los sentidos.

 

 

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