lunes, 2 de marzo de 2020

Cuestinando feminismos (y II)


                 Lo que me parece algo rayando en el absurdo es hablar de un lobby trans, ni en las fantasías más megalómanas de los colectivos trans aparecen con tanta influencia para desarmar los objetivos del ministerio. Más serio podría ser la crítica que se hace de priorizar la identidad femenina frente a la igualdad, aspiración tradicional del feminismo. Esta postura se incardina en lo que David Bernabé llama la trampa de la diversidad en la que ha caído la izquierda, pretendiendo enarbolar las banderas de las minorías –definidas por identidades– frente a la lucha global contra la sociedad de clases. También podríamos considerar una bagatela terminológica que el ministerio señala la identidad por encima de la igualdad, fruto de una campaña quizás poco meditada que recoge lugares comunes en lugar de una declaración programática. Sin embargo, la crítica que se le ha hecho desde el PF y quienes lo apoyan es precisamente reivindicar la identidad femenina, en este caso, circunscribiéndola a la condición biológica. Es la lucha de las mujeres –que nacieron mujeres– contra la discriminación de varón y el patriarcado. En el fondo hay una cuestión de identidad, que, por otra parte, se enfrenta a otras definiciones a las que acusa de posmodernismo con la misma actitud y los mismos argumentos que la derecha más conservadora o liberal.
                Leo que para el Partido Feminista, “el reconocimiento de la "identidad de género" es contraria a la agenda feminista”. Sin embargo, desde mi punto de vista, la identidad de género engloba sin problemas las cuestiones biológicas y las supera, eso es cierto, pero no necesariamente debe ser tomada como una perspectiva teórica neoliberal o individualismo. Al contrario, creo que considerar que las identidades relacionadas con hombres y mujeres –independientemente de si se trataran de sexo biológico o género social– como algo definido por las circunstancias sociohistóricas está profundamente enraizado en el pensamiento marxista. Son las relaciones sociales quienes determinan la conciencia. (NOTA: calificarlo de “ficción teórica” no deja de ser una redundancia, todas las teorías son básicamente ficciones.)
                Por lo que he ido leyendo el campo de lucha tiene que ver con la supuesta voluntad de legalizar la prostitución, los vientres de alquiler, que queda por demostrar. Da la sensación de que en este grupo de feministas se identifica al enemigo por su apoyo al lobby trans, que implica la aceptación de la teoría queer de género, que supone la legalización de la prostitución y los vientres de alquiler, dentro de una ideología neoliberal. Todo así, como un bloque en el que si se acepta lo primero, se defiende el resto.
                Una de las cosas que tenemos que agradecer al feminismo es la pluralidad de enfoques que enriquecen la lucha y que aportan perspectivas nuevas para no caer en el dogmatismo escolástico. También, como en todos los colectivos, hay arribistas y quien no se entera de nada y corea los lemas que le dicen. En estos tiempos tan difíciles deberíamos unir fuerzas y no detenernos, como bien ejemplificaba La vida de Brian, en excluir y tratar de disidentes a quienes no comulgan al cien por cien con nuestra postura particular.

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