Esta es una edición en papel
conmemorativa del IV aniversario de la revista web La Charca Literaria. Con un
cuidado exquisito, tanto en formato digital como en este muestrario generoso,
los editores de La Charca Literaria llevan batallando, con talento poético y
mucho sentido del humor en las aguas del ambiente cultural y literario. Se
definen a sí mismos como un espacio de libre creación, “y un lugar de encuentro
para amantes de las letras y el chapoteo”. Absoluta falta de control en cuanto
a contenidos y formas, “Cada bicho cuelga aquí sus textos, a la espera del
lector casual”. El equipo de redacción está oordinado por Pere Montaner, dos editoras (Myriam Soteras, Lolita Lagarto), diseñadores e
informáticos, correctores de textos y especialistas en las redes. El espíritu colaborativo es la esencia del proyecto. Jordi
Balcells en La optometrista y el cubano
resume esa filosofía:
“Ahora solo me
falta saber cómo baila el ritmo latino bajo las estrellas de la noche de esta
ciudad glocalizada, donde lo global
limita con lo local y viceversa, donde todos cantamos y bailamos juntos y las
distancias geográficas no tienen importancia, donde se encuentran y construyen
nuevas relaciones hasta que el tiempo o la muerte los separe”
La heterogeneidad de la revista
se advierte en la mezcla de estilos, de prosa y de verso. De múltiples formatos
y tonos. Abundan los pequeños relatos de Anna Babra, Perico Baranda, Lluis
Bosch, Francisco Castro, Lázaro Covadlo, José Martín Cuesta, Carlos de Diego,
Dolors Fernández, Francisca Ferrer, Francisco Ferrer Lerin, Frank G. Rubio,
Montse Galera, Teodoro Gómez, Javier Herero, Manolo Marcos, Marta Millaret,
Pilar Pedraza, Sergi Puertas (Crónica sentimental de la persona drogada), Lukas
Reig, Marcial Sileno, Sicoris, Myriam Soteras, Josep Turo…
En estos se
muestra el humor, el costumbrismo algo canalla, la fantasía, los juegos de
palabras, la poesía escrita con renglones largos, retratos de personajes con
nombres pintorescos. Juan Manuel García Ferrer en Amnophila arenairia se acerca a la experiencia de Ordet. Marga Iriarte hace una
reconstrucción imaginativa en Cuando
Eusapia conoció a Lombroso. Lo mismo Lolita Lagarto parecen poemas en prosa
muy cerca del espíritu de Cortázar que Jordi Ledesma se muestra más
irreverente, más “gonzo” o Albert Tugues: La poesía y la prostitución: el poeta
hace la calle estas navidades. Momentos de gran lirismo trae Felipe Sérvulo: “La
tierra y su olor. Las begonias, la lluvia, Begoña, tantos ausentes me están
indicando dónde está el camino” (La
tierra y su olor) o Dani Izquierdo:
“Eso, no otra cosa, es la
poesía.
Ese respirar.
El respirar de la termita.
El respirar del mundo.
El respirar del ayer, del hoy,
del mañana, de la eternidad” (La
respiración de la termita)
En forma de
poemas participan Anna Benítez del Canto: “Mientras tanto, me permito volar” (Cuando deja de contar el tiempo); Albert
Boves: “Los radicales libres están condenados a una vida errante, solitaria y
desgraciada” (Los radicales libres); Danilo
Facelli (Quiero ser un cabrón); Elena
Garnelo; Helena Junyent: “Todo estriba / en merecerte meretriz / menos coñazo
que puta / más lésbica más mía / toda mujer / todos los amantes” (Cuando el súcubo después del íncubo);
con humor, Juan López, Luisa Martínez, José Florencio Martínez, Jaume Muñoz (“Solo
quiero vivir en el acierto del caos. / como cuando un cactus atropella a un
globo / y el cactus se parte por la mitad. Así”, Poemas breves), Jade Sal.
Caben
entrevistas, géneros mestizos, como el Disglosario
(Area Martínez, Julián Hernández, Aitor Guezuraga), aforismos de diccionario, Defineciones (Ladriyo: El Ego en
construcción); subespecies de reseñas (las exhumaciones poéticas de Joán Vigó);
casi poesía visual la de Ana Grandel (que recuerda a algunos trabajos de José
María Cumbreño). Indudablemente, caben reflexiones y pequeños ensayos. El
editor Nicanor recuerda que “en Arte y Literatura no conviene plegarse a los
hechos ni a la verdad, sino construir imágenes e historias que despierten la
atención del lector, sea a través de la mentira o la mistificación. Se trata de
mentir y hacerlo bien” (La mentira en el arte). Evaristo Maglione reflexiona sobre la moda: “La
gramática del cuerpo es limitada, es decir, nos movemos entre el desnudo integral
y la ocultación total. Entre los dos extremos, la moda, juega, propone, muestra
y oculta” (Moda al tuntún).
Quisiera
rescatar este poema de Montse Ordóñez incluido en su primer libro de poemas, La orilla de los nadie. (Promarex, 2018)
“Llevas en ti un teatro
un trapecista
una cajita de música
y una carpa de circo.
Aceite de jengibre
esencia de bosquejos
anaqueles de otra historia
un réquiem
y dos poemas
Llevas en ti una depresión
una ira
dos sonetos
una guitarra
y un diccionario de llantos.
Con eso caminas
haciendo de las calles
una legía fingida
sufriendo de hambre vieja
frío de tres inviernos
y las fiebres de un noviembre.
Pobre de ti hombre solo
la intransigencia de la
humanidad
convirtió tu futuro
en un holocausto” (Elegía de un hombre solo)
Termina el volumen, por el arte
celestial y borgiano del orden alfabético Nuria Viuda: “Solo pedí cobijo y
hiedra; no me fue otorgado. / Te deseo que vueles lo que yo no volaré. / Y este
silencio” (Clamor de míseras estancias).
Solo queda, en papel o en la red,
una acción pendiente. A chapotear.