lunes, 31 de octubre de 2022

Reseña de Ángeles Mora Álvarez: ‘Somos Juegos de cordel’. InLimbo Narrativa. 2020

Ángeles Mora Álvarez: Somos juegos de cordel - Libros Prohibidos

Esta colección de cuentos pertenece a la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2020. Se dio a conocer en certámenes literarios y antologías. Después ha publicado microrrelatos (Piensa en otra cosa), Aforismos (Traumas y cicatrices del ángel de la guarda) y cuentos infantiles (Una Blancanieves diferente). En esta tesitura están Ecos en el páramo y otros relatos oscuros y Gabinete de rarezas. No debe extrañarnos que se encuentre cómoda entre el laconismo que le ayuda a entrar en ambiente y que combine el cuento infantil que tanto de oscuro y de inquietante ha tenido siempre.

El terror de esta colección es muy variado, aparte de la sensación de desasosiego que recorren las páginas, no hay un leitmotiv salvo un cierto destino que nos juega malas pasadas. Un ambiente de pesadilla, de embotamiento onírico hace de realidad un lugar inhóspito e incomprensible. Aunque cada relato sea independiente, la sensación gana en el conjunto, se van trenzando como en el juego en el que cada contrincante debe hacer un dibujo simétrico a partir de la disposición anterior y que complica en cada paso de la partida.

La autora los ha dividido en tres tramos señalando los movimientos que los dedos deben hacer en el juego. El primero, el Tramo Lejano del meñique; continúa el Tramo cercano del anular y por último, el lazo del pulgar. Podemos rastrear el horror de Lovecraft y la fantasía inabarcable de Borges, homenajes a Poe y al terror victoriano. Una de las bazas más inquietantes ese el juego continuo entre la posibilidad de lo sobrenatural y el engaño, de una cruel indiferencia del destino que no se preocupa de informarnos sobre si es casualidad o un plan preconcebido.

El desconcierto de los personajes se muestra muy sensorialmente, las pesadillas, la piel, las entrañas. Ha sido inevitable sentirse atrapado, como los propios personajes, en esa tela de araña que es, sin duda, este juego infantil. Si bien hay muchos otros relatos fantásticos que pretenden mostrar lo que de humano tienen los monstruos, lo realmente aterrador es lo que de monstruo tenemos las personas normales, el egoísmo, el miedo, la crueldad, como vemos en La niña tierra que abre el volumen. No se libra ni el amor de una madre. Ni falta que hace que lleguemos a los extremos de la locura, algo tan habitual como la pesadilla o el insomnio son el germen de lo terrible. Como el ángel de Rilke.

“Sally llevaba días sumida en aquel estado. Tenía sed, mucha sed. La fiebre lo cambió todo por un sueño pesado en el que se hundía sin remedio” (Chicxulub: la cola del diablo)

Señalar la habilidad para recrear ambientes, atreviéndose tanto por las calles de Edimburgo, como en la tan nombrada España vaciada. Del presenta a jugar con el pasado, como en Cuatro latas de sardinas. De esta forma Ángeles Mora consigue dar solidez y continuidad a los relatos. En algunos relatos el motor consiste en un secreto, en otros, la acción parte de una ruptura, en todos planea la sombra del terror gótico que tan bien se refleja en la increíble portada de Pilar Lozano. Las situaciones en las que nos sumerge la autora son auténticos desafíos para ser leídos en diferentes capas, dejarse llevar por la narración y luego detenerse a hacer conscientes de la experiencia que ha sufrido nuestra mente. ¿Y si todo fuera una alegoría? ¿Y si ese terror estuviera justo detrás?

Madre e hijo solo llevaban unos meses viniendo en el lugar. Gente afable que se adapta a una vida llena de calamidades. Convivían sin molestar a nadie, sin llegar a formar parte de la comunidad. Dos forasteros que pronto se hicieron caras familiares en la vida cotidiana de los vecinos” (La nana)

En cierto modo, el arte de escribir de Ángeles Mora aprovecha las estructuras clásicas para dar mayor verosimilitud, para colarse como alguien conocido al que no percibimos de tan común. Luego va sembrando referencias sutiles para dar mayor consistencia a esa familiaridad (un gran ejemplo en El sino de Aisa con el mundo clásico o en La nana). Llega entonces lo perturbador y ya estamos en sus manos.

Un último beso a modo de despedida y sus manos actuaron solas, movidas por gestos aprendidos. Diligentes. Eficaces. Alzó la mano derecha, introdujo los dedos índice y corazón en la nariz de aquella amante fugaz y con el pulgar presionó fuerte la barbilla. El aire no llegaría a los pulmones. Así se pasaba de amante a víctima. Sin marcas” (El esqueleto sonríe desde el pasado)

Personajes reales, otros fantásticos como animales malditos o fantasmas, seres alienados, familias inconsistentes, las enfermedades, las plagas y la muerte… un catálogo para habitar unas páginas y que nos demos cuenta de que quizás ya habiten en nuestro cerebro.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario