martes, 24 de diciembre de 2019

Reseña de Tulia Guisado: ‘Helios (Cuaderno del Sol)’. Ejemplar único. 2019


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La barcelonesa Tulia Guisado es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona con un postgrado “Crítica literaria en la prensa” en la Universidad Pompeu Fabra. Ha continuado sus estudios con el doctorado y un máster de “Cultura Histórica y Comunicación” en la Facultad de Historia de la misma universidad. En 2015 publicó su primer libro, el estremecedor 37´6 (Legados) que luego tuvo su continuación en Caníbal (Ya lo dijo Casimiro Parker, 2017) y Estudio sobre noviembre (Huerga y Fierro, 2018). En este caso y bajo la cuidadosa mirada de Gabriel Viñals y acompañado de su arte efímero, Tulia Guisado da un paso más allá.
                De nuevo asistimos a la utilización del yo personal como punto de partida para el yo poético, pero, en esta ocasión tenemos un acontecimiento gozoso: “He tenido un hijo, / he tenido ciertos /…/ Un hijo me ha ofrecido su cuerpo. / Yo el mío a él. Cruel. / Me despedaza”. Aun así, la poesía de Tulia Guisado sigue desgarrando tanto por el contenido de lo que se relata entre sus versos como por el punto de vista poético que hace uso: “Todo me sepulta. / Contra nada lucho”.
Helios, el Sol, habla de su propio hijo dentro de la vorágine de sentimientos y las contradicciones de la maternidad “Estoy aprendiendo a amar. / Yo ya sabía amar. / Estoy aprendiendo a amar”. Sobre todo este es un libro de amor, un acto de amor: “Descubro el sonido del mar / y eres tú / respirando / ya no puedo pensar en el océano / sin miedo a ahogarme”. En el volumen van a convivir los sentimientos de alegría y de esperanza, se acogerán los miedos y la sensación existencial del ciclo de la vida.
                La poesía de Tulia Guisado siempre trasciende lo anecdótico, trasciente lo meramente confesional para alcanzar al lector. La ambivalencia vertebra Helios desde el horizonte temporal del presente hacia el futuro: “Tú vibras como un amanecer. / Yo / tiemblo / como la noche”. Siempre ha sido la autenticidad uno de los rasgos característicos, cuando aborda el dolor, cuando se recrea en los recuerdos o cuando se marca la incertidumbre del futuro.
                Helios es un poemario escrito en primera persona pero, en esta ocasión, ha tenido un interlocutor de quien, como los lectores, tampoco espera respuesta. Tulia Guisado ahora puede hablar en primera persona del plural: “Evitar el vocablo hijo / y nombrarte en cada palabra / con cada nombre, o verbo, / o sonido impuesto. / Hijo, tenemos miedo”. El maravilloso miedo que cantaba Gianna Nannini.
                La poeta siente que se replantea la identidad propia: “Eres yo sin mí”; “¿Qué estás haciendo de mí?”; “Esta metamorfosis del duelo / por la ganancia. / Perder quien era sin ti. / Ganar quien soy contigo. / ¿Quién soy? / Contigo. Soy”; “Me habitas. / No sé quién soy”. Este es uno de los temas básicos de su poesía, que se replantea una constante interrogación sobre la propia identidad. De esta solo aparece con claridad la fragilidad de la que se hace gala: “Yo sí atravieso el aire / porque te escondería de todos. / Te mostraría a todos. / Así, como un triunfo. / La creación más perfecta. / Mi fragilidad /…/ Sé. Helios. Sé tú. Sé”. Ahora la solución a esa cuestión interior está en la sobrecogedora conciencia de la maternidad; “Estoy desconocida. / He tenido un hijo. / Está vivo
                La poesía es, a menudo, una forma de resistencia. Desde 37’6o Tulia Guisado se ha enfrentado a un pasado devastador que ha mantenido su sombra. A partir de Helios, la resistencia se plantea como un programa de actuación, “Yo solo quería algo / que me sujetas al suelo”. La preocupación por la enfermedad, por la muerte, por el sufrimiento tiene ahora una ramificación y una alternativa (“Ese instante de la risa: / el hogar de los fragmentos”) mucho más efectiva, porque, “ninguna palabra / repetida, / por repetida, / sana”.
                Es un viaje con un punto de partida, a menudo demorado, que inicia la aventura, “Me llevas / a un lugar / del que no sé / si sabré / –querré– / volver”. Sin embargo, siempre será una travesía acompañada, una travesía de dentro hacia afuera, y del lugar hacia el futuro: “… Me duele donde tú no puedes / estar, dentro de mí, ya. Ya no más. Dentro no / puedes. Por eso te muerdo, me alimento de ti / como Saturno, sonriente”.
                Tulia Guisado nos vuelve a sobrecoger con unos versos ahora, eso sí, más esperanzadores y luminosos, como no podía ser de otra manera. Un ejemplar único en todos los sentidos.

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