Cuando todavía está relativamente reciente Olas (Isla de Siltolá, 2020), Apeadero de Aforistas-Cypress nos regala, con la excusa del día del libro, este precioso volumen de aforismos dedicados exclusivamente al libro y la lectura. Además de estudios literarios, la nómina de aforismos firmados por la autora incluye Malabarismos (Valparaíso, 2016), Luciérnagas (Renacimiento, 2018), La brisa y la lava (Libros al Albur, 2019), el ya mencionado Olas (2020) y, junto a Javier Bozalongo, Cóncavo/Convexo (Esdrújula, 2019) . Su importancia dentro del mundo de la literatura breve lo atestiguan tanto el hecho de figurar en diversas antologías Bajo el signo de Atenea. Diez aforistas de hoy (Renacimiento, 2017). Concisos. Aforistas españoles contemporáneos (Cuadernos del laberinto, 2017), Juega o muere. Los aforistas y lo lúdico (Libros al Albur, 2019) y El cántaro a la fuente. Aforistas españoles para el siglo XXI (Apeadero de aforistas, 2020); y el haber trabajado en la edición de: Él mide las palabras y me tiende la mano. Aforismos en la obra de Luis García Montero (Valparaíso 2017), y El hilo de la cometa. Prologo y selección de la obra aforística de Dionisia García (Libros al Albur, 2019). Además, junto a Elías Moro publicó el año pasado Espigas en la era. Micropedia de aforistas españoles vivos (Apeadero de aforistas, 2020).
A diferencia del resto de incursiones de Carmen Canet, almeriense enraizada en Granada, este es un volumen temático, aunque, por supuesto, se encuentren, de pasada otras temáticas con las que la lectura siempre tiene que ver: “en la vida y en los libros, pasar páginas es avanzar”; “Dentro de un libro vive la sombra del escritor. Afuera, la luz del lector”; “Se volvió escritor mientras leía. Cuando escribía era lector”; “La soledad más alta: el día que mi vista no pueda alcanzar a leer”; “Cada libro es una señal en el tiempo”.
La reunión de 99 aforismos se completa con una serie de collages que la autora ha confeccionado para la ocasión (“Los collages son lecturas de la vida que reúnes, / recortas, repegas y rejuntas. Historias desordenadas con orden, de recuerdos en el momento para luego”). Con un sentido del humor sostiene, y le doy totalmente la razón, que “La mejor feria, la del libro. Es fieramente humana estar frente de las palabras” Collage final. Entre las líneas encontramos la devoción hacia los autores, y especialmente al objeto, los lugares como bibliotecas y librerías, pero sobre todo la delectación en el hecho mismo de la lectura, unos ejercicios para el alma que completa y complace. Hasta para los más mínimos detalles de la acción hay aforismos: “La escritura y la lectura de día o de noche tienen distinta luz. Es difícil leer por obligación, a lo que nos acompaña Carmen Canet es a la devoción por la lectura, que nos enfrenta a otros mundos, a otras almas, a otra manera de conocernos a nosotros mismos en las palabras de otros: “Lector aprovechado: se podía leer en su cuerpo”.
Uno de los elementos fundamentales que gozamos los enamorados del libro, y muchísimo más de este en concreto, es la conversación que establecemos con quienes no están delante, ese misterio que hace hablar a los muertos y contestar a los que están ausentes: “Leer es el arte de compartir”; “En el mar de las palabras nadan conversaciones”; “Los libros tienen hojas como los árboles y dan sombra, cobijan y acompañan en la vida. Son nuestros cómplices”; “Los libros son inmensos como el mar, pero mientras en el mar te puedes ahogar, los libros te salvan”. La maravilla de conocernos y reconocernos a la vez que nos asomamos a otros mundos. Carmen Canet nos habla esperando que contestemos, que dialoguemos, que completemos la elección, como su propio nombre indica. Nos quiere hacer cómplices. Así, podemos congratularnos con ella y podemos no estar de acuerdo (en mi caso con el aforismo que sugiere que “la lectura corrige la timidez”, en mi caso, casi todo lo contrario). Un ejemplo de esa necesidad de la lectura en sí misma como método de autoconocimiento se encuentra en varios aforismos: “La importancia de releer libros. Es memoria y sorpresa. Y también reconocernos en el tiempo”.
Carmen Canet es muy consciente de que el aforismo, como la poesía (a veces es poesía directamente: “La lluvia suave es como un poema con lágrimas”), es concepto, pero sobre todo se hace mediante palabras. Por eso los juegos fónicos, los efectos de sonido son tan importantes en el enunciado de los aforismos de la autora: “Los buenos libros suspenden el tiempo y aprueban la vida”; “Persona lector: a pie de página”; “Hay libros eternos que nos acompañan toda la vida. También hay libros que se nos hacen eternos”; “Leer y escribir es materialismo histórico”; “Amar, leer y escribir, los mejores ejemplos modelos de las tres terminaciones”.
Los que sufrimos del mal de los libros entendemos perfectamente a la autora cuando suspira por el tiempo: “Habría que vivir dos veces, pero no para no cometer los mismos errores, sino para terminar las lecturas pendientes”; porque unos llevan a otros como un hilo de Ariadna inacabable; “Los libros que te llevan a otros libros, a otros autores, son fértiles”. Decimos sufrir de un mal, pero, a la vez, sabemos que es una cura, una necesidad incluso: “Es que la lectura aquieta el alma”; “La escena más íntima: cuando los libros se desnudan y te desnudan”; “Leer es la mejor manera de pasar las páginas del tiempo”; “Una casa con libros da la misma serenidad que el mar”.
Esta colección de aforismos y collages es un libro sobre el goce de los libros. Y es un libro de amor, amor a quienes escribieron y escriben esos libros que nos reconfortan y alientan, los que cubren los espacios de la memoria que consideramos nuestra identidad:
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