Debe ser difícil coordinar
mentalmente la profesión y la mentalidad exacta y literal del jurista con la
libertad creadora y metafórica de la palabra del poeta. Ambas facetas suponen
una devoción por la palabra escrita y ambas profesiones son conscientes de que
las palabras hacen cosas. Este es el primer poemario de Antonio Revert y está
dedicado a su hijo, Diego, quien tiente también la deferencia de dedicarme el
ejemplar. Mobiliario básico
(Ediciones En Huida, 2018) es, hasta ahora, su último trabajo publicado en
poesía. Ha sido seleccionado en varias antologías: Y así sería para siempre (Escuela Canaria de Creación literaria), “Contra”: poesía ante la represión
(Coordinadora Anti Represión de la Región de Murcia), y Voces del Extremo (Antología 2012/2016) (Amargord). En su
polifacética labor ha coordinado el encuentro Voces del Extremo en Tenerife y
es capaz de asumir su profesión de piano y ser teclista en varias bandas de rock.
Este poemario
se estructura en 3 momentos: Nasciturus
recoge los poemas escritos durante el embarazo, Niños y otros llantos describe la niñez de Diego y los miedos y
retos y la última, Saturno devorando a
sus hijos parte metafóricamente de “este sistema monstruoso tragándose a
sus propias criaturas, que somos nosotros, hijos de estos tiempos”. La
conciencia de ser padre incluye momentos previos en los que los sentimientos se
agolpan: “Ya te quiero. Con todo eso que te asusta” (Monólogo del padre) y se sobrepone la esperanza (“El hombre del
saco vive en un asilo”, Bando para bebés).
Antonio Revert se cuestiona las contradicciones inherentes a ser padre, a la
necesidad de cuidar y de dejar libre, a las inseguridades de un primerizo: “¿Cómo
cuidar de tus manos, / sin dirigir tu vuelo de gaviota? / … / ¿Cómo enseñar un
niño a otro niño?” (Tres preguntas de un
padre a su hijo). La emoción que prevalece, sin embargo, como decimos, es
la esperanza: “No reescribo mi vida / al mirarme en tus ojos enormes; /
reescribe Dios su esperanza” (Apéndice 2:
Diego)
La segunda
parte, Niñez y otros relatos, incluye
la realidad como constante amenaza, las contradicciones de nuevo y los peligros
que se centran en la vida del pequeño Diego y de tantos como él: “A partir de
aquí, / la guerra más larga de toda la historia” (Paternidad y filiación). La labor como padre es la de la re-ocupación,
intentar adelantarse y replantearse la vida y su posición en el universo.
La historia de
un niño que es la historia del Hombre. Las cicatrices cotidianas,
conservatorios, catequesis, colegios: “No sabe cabalgar en monopatín / y, lo
más grave, ignora / el maravilloso disparo del viento en la cara, sin aviso, /
ya que aprendió pronto / a caminar despacio, / a no arriesgar las rodillas, / a
ser buen cristiano / y mal jugador de póquer” (Viacrucis del niño de cristal). A pesar del vínculo personalísimo,
de la raíz esencial de la paternidad concreta, no dejamos de ver en Diego un
ejemplo de todos los que son y hemos sido niños: “Abrí los ojos: / negros
campos de trigo. / No sabía lágrimas para tal oscuridad. / Solo interrogantes
enormes, / esbozados como muecas / por pájaros extraviados / en un cielo que ya
no era el suyo” (Crecimiento insostenible).
Saturno devorando a sus hijos (Exposición de
acuarelas) es la tercera sección y mucho más dura, más sombría. En esta se
ocupa del mundo que les estamos dejando a nuestros descendientes, a denunciar
las injusticias y los sufrimientos compartidos y que dejaremos en herencia: “El
agua estancada de las ciudades / genera insectos de moral inquebrantable. /
(Cosa distinta a la carcoma / a que son sometidas los pueblos y las
conciencias)” (Sin título I).
El tono
adquiere una voz de denuncia (“Viva el ingenio de los muertos. / Muéranse ya
los abedules y los jilgueros, carajo”, Campaña
electoral), de crítica social en el que se hacen referencias muy
puntuales a acontecimientos significativos como la reunión del Club Bilderberg enmayo 2010, o la acampada en la Puerta del
Sol: “Brindará por nuestra perpetua tibieza, y cargarán el prcio del banquete /
a la tarjeta de crédito de la plácida oveja” (Sitges, junio 2010. Hombres de traje azul llegando a la reunión del
club Bilderberg).
No podemos
dejar de respirar la atmósfera de La
aurora de Nueva York lorquiana en la Mediodía
sobre los rascacielos de Manhattan: “El cielo es una farsa sinsufrible, /
una quimera al alcance solo de la rapiña” (Sin
título III); “Los cajeros
automáticos / escupen restos de seres humanos / tras la preciosa tormenta del
capitalismo” (Escena urbana). La
poesía nunca ha dejado de ser un arma, una explicación y un consuelo.
No es, sin
embargo, Antonio Revert una conciencia pesimista, antes al contrario, la
indignación y la denuncia tienen el sentido urgente del cambio y la confianza
en una posibilidad: “No hubo silencio, / sino el esperado clamor de las
amapolas. / La imperceptible luz de una estrella magnífica” (Amanecer en Puerta del Sol, mayo 2011).
Tiene mucho de profeta y sus palabras asumen una gran carga de retórica
religiosa, la voz que clama en el desierto.
Hay poemas en
los que se analizan momentos de escala nacional (“Catársis épica, / azul océano
de dudas / televisores en llamas, / contertulios devorando a sus hijos”, Madrid, victoria electoral; “Triunfó la
papiroflexia de los derechos”, Rueda de prensa del gobierno. Madrid 1º de febrero de 2012), y hay
temas que dan la vuelta a un mundo globalizado (“Otras veces llegan / a mi desde las moscas /
que planean en lonjas africanas, o en reuniones del G-8 o del G-20”, Autorretrato) porque las amenazas a
todos los Diegos están en todas partes: “Desde que callan los volcanes de
Occidente, / prospera una paz de cementerio / tejida por pequeñas manos chinas”
(Trabajadores en taller de costura
clandestino; “Me cago en vuestra preocupación por el futuro: / no lo hay,
pagasteis con él el televisor” (Cumpleaños
infantil en un centro comercial).
Se recogen
momentos políticos (Reunión ejecutiva federal,
Madrid, 2013 o Plaza de Cataluña),
intrigas de los poderes económicos (“Claman los corderos por una justicia
animal, añoran una sentencia dictada por / volcanes/ que entierran rancios
cuerpos” (For your eyes only. Consejo de
administración de entidad financiera, tras una reunión; “Subirá el precio
de ciertas acciones. / Descenderán ángeles, / repartiendo citaciones para Juicio”,
Plantación de cacao en Costa de Marfil,
2011). Alertas cotidianas, micro amenazas hasta donde llegan los grandes
movimientos políticos y económicos: “¿Cuántos silencios de mujer / decoran nuestros felices hogares” (Mujeres en un burdel asiático). Todo
esto es lo que pasa en la calle mientras
Diego crece.
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