domingo, 29 de noviembre de 2020

Debates

Una de las cosas que me hace sentir más incómodo es entrar a discutir con gente que defiende lo mismo que yo, pero que toma, en un aspecto determinado, unos razonamientos o una postura que me parece fuera de lugar. Para discutir o dialogar hace falta tener algún punto en común y discrepar en algo importante. Cuando no se pone uno de acuerdo ni siquiera en defender los Derechos Humanos porque de repente la ONU es el Mal encarnado en el comunismo marxista globalista, entonces sí que hay que cerrar el post. En cambio, uno cree que dentro del feminismo puede, y debe existir un debate. En estos tiempos inciertos el punto de fricción está en el sujeto del feminismoa cuenta del proyecto de Ley de Igualdad del ministerio de Irene Montero. Las partidarias de una consideración amplia, que incluya a las mujeres trans y que facilite su transición sin patologías. Suelen ser denominadas queer, aunque nunca haya existido un corpus ideológico unitario para este desarrollo más activista que teórico. Por otro lado están las feministas que restringen su apoyo a las mujeres biológicamente determinadas. A estas se les suele llamar radicales feministas, o insultadas con el término TERF (Feministras Radicales Trans-Excluyentes). Desde que sigo el debate no veo juego limpio en ninguna de las dos secciones, al contrario, me parece estar inmerso en un trasunto de La vida de Brian. Con ánimo de aclararme leo a unas y a otras, incluso a varones que opinan al respecto. Y, quizás demasiado aventuradamente, participo en debates. La incomodidad viene de enfrentarme a quienes piensan, como yo, que la lucha por la igualdad de la mujer está todavía muy lejos de haberse conseguido. Y mayor incomodidad cuando los debates toman argumentos absurdos o se cierran de manera abrupta.

Aunque se cierre el debate, sí que me gustaría decir algunas cosas al hilo de lo que algunos post dicens. Lo de vulva portante o menstruante no aparece en ninguna ley, ni aparece en el supuesto corpus de la(s) teoría(s) queer, son expresiones que alguien ha utilizado y a las que se agarran algunos argumentos para desprestigiar el todo. Exactamente como hacen los señoros para desprestigiar a las feministas sacando un titular de esos de castrar a los hombres que alguno circula por ahí.

No entiendo, de verdad que no entiendo, de dónde se saca que la ley va a obligar o incitar a los niños a hormonarse u operarse cuando la “autodeterminación de género” va en sentido diametralmente opuesto. Uno va a la oficina del DNI y vuelve siendo una (o viceversa), sin operaciones ni nada. Podrá parecernos ridículo o peligroso, pero no podemos decir que incite a la hormonación. Ahí está mi principal pega.

Otro argumento falaz es decir que a partir de la ley un hombre va a poder entrar en un baño de mujeres si se disfraza. ¡Ya lo puede hacer! A nadie se le pide dni para entrar en unos servicios. (Y para colmo, Lucía Etxebarría, asociando los crímenes sexuales con esos “hombres disfrazados”, justo con el mismo tono que tantos chalados asocian homosexualidad con pederastia.)

Lo siento, pero me pierdo en el “narcisismo e individualismo”. No comprendo que eso se asocie a tantos niños y niñas cuyos genitales eran inciertos y se optó por una u otra solución quirúrgica, con toda la buena intención, pero fallaron. Que quieran recuperar lo que realmente son no me parece ni narcisista ni individualista. Me parece de justicia.

Intento entender ambas posturas y discrepo de los argumentos, algunos de los cuales sí que me parecen casposos, los digan los del autobús de Hazte Oír o los diga Lidia Falcón, por mucho que esta última tenga todos mis respetos y los primeros ninguno. Creí entender que TERF era una etiqueta descriptiva, “transexcluyente”, y posiblemente muchos y muchísimas entiendan que excluye a los trans como personas, en lugar de entenderlo como excluyentes del feminismo. Y abomino, por supuesto cualquier ataque personal y linchamiento virtual, por supuesto.

No es cuestión de viejas o nuevas, pero sí que es verdad que entre las líderes de opinión hay una brecha generacional. Pero eso no entra en los argumentos, sino en la dialéctica del “combate” político. El caso de JK Rowling me recuerda a los muchos que Soto Ivars describe en su libro. Su tesis es que las redes, con sus características de deshumanización y por el hecho de ser masivas y sin consecuencias, son propicias a linchar a gente que haga comentarios “políticamente incorrectos”. Si a una chica por tuitear un chiste racista la despiden de su trabajo, ¿debemos abominar del antirracismo? Si a JK Rowling la linchan por un comentario ligeramente transexcluyente, ¿el problema son las queer? La escritora es muy conocida y estos fenómenos tienen estas características. No lo estoy justificando, por supuesto, al contrario.

Censurar es una palabra muy seria que prefiero aplicar a sentencias como la del Chumino Insumiso. Personalmente prefiero conocer un documental (el de la BBC con testimonios a favor y en contra) y decidir yo, pero el activismo, todos los activismos se basan en la posibilidad de influir en las decisiones de políticos o cadenas de televisión. Todo ese argumentario "lobby trans" que me recuerda demasiado al recurso al "lobby gay" de quienes están en contra de cualquier avance en la igualdad del colectivo gay. No conozco al doctor Zúcker, ni sé si es prestigioso o si en el documental lo presentan así y por eso lo aceptamos. Por lo que he leído, el comité decidió estudiar el contenido del documental y no lo consideraron oportuno (que no sería mi decisión, lo repito).

Otro artículo que compartí para el debate preguntaba qué ha hecho el movimiento queer por el feminismo. Nada, decía, no ha conseguido ni mayor igualdad ni menor número de feminicidios. Pues, ¿qué quieres que te diga? Me parece un razonamiento chapucero y tergiversado. ¿Qué ha hecho el lenguaje inclusivo contra la violencia hacia la mujer? Nada, ¿debemos entonces de abandonar esa lucha? Demasiadas coincidencias con el pensamiento reaccionario como para no replantearse, no el contenido de las ideas, pero sí, al menos, los argumentos para defenderlos.

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