Lo que me parece algo rayando en el absurdo es
hablar de un lobby trans, ni en las
fantasías más megalómanas de los colectivos trans aparecen con tanta influencia
para desarmar los objetivos del ministerio. Más serio podría ser la crítica que
se hace de priorizar la identidad femenina frente a la igualdad, aspiración
tradicional del feminismo. Esta postura se incardina en lo que David Bernabé
llama la trampa de la diversidad en la que ha caído la izquierda, pretendiendo
enarbolar las banderas de las minorías –definidas por identidades– frente a la
lucha global contra la sociedad de clases. También podríamos considerar una
bagatela terminológica que el ministerio señala la identidad por encima de la
igualdad, fruto de una campaña quizás poco meditada que recoge lugares comunes
en lugar de una declaración programática. Sin embargo, la crítica que se le ha
hecho desde el PF y quienes lo apoyan es precisamente reivindicar la identidad
femenina, en este caso, circunscribiéndola a la condición biológica. Es la
lucha de las mujeres –que nacieron mujeres– contra la discriminación de varón y
el patriarcado. En el fondo hay una cuestión de identidad, que, por otra parte,
se enfrenta a otras definiciones a las que acusa de posmodernismo con la misma
actitud y los mismos argumentos que la derecha más conservadora o liberal.
Leo
que para el Partido Feminista, “el reconocimiento
de la "identidad de género" es contraria a la agenda feminista”. Sin
embargo, desde mi punto de vista, la identidad de género engloba sin
problemas las cuestiones biológicas y las supera, eso es cierto, pero no
necesariamente debe ser tomada como una perspectiva teórica neoliberal o
individualismo. Al contrario, creo que considerar que las identidades
relacionadas con hombres y mujeres –independientemente de si se trataran de
sexo biológico o género social– como algo definido por las circunstancias
sociohistóricas está profundamente enraizado en el pensamiento marxista. Son
las relaciones sociales quienes determinan la conciencia. (NOTA: calificarlo de
“ficción teórica” no deja de ser una redundancia, todas las teorías son
básicamente ficciones.)
Por
lo que he ido leyendo el campo de lucha tiene que ver con la supuesta voluntad
de legalizar la prostitución, los vientres de alquiler, que queda por
demostrar. Da la sensación de que en este grupo de feministas se identifica al
enemigo por su apoyo al lobby trans, que implica la aceptación de la teoría
queer de género, que supone la legalización de la prostitución y los vientres
de alquiler, dentro de una ideología neoliberal. Todo así, como un bloque en el
que si se acepta lo primero, se defiende el resto.
Una
de las cosas que tenemos que agradecer al feminismo es la pluralidad de
enfoques que enriquecen la lucha y que aportan perspectivas nuevas para no caer
en el dogmatismo escolástico. También, como en todos los colectivos, hay
arribistas y quien no se entera de nada y corea los lemas que le dicen. En
estos tiempos tan difíciles deberíamos unir fuerzas y no detenernos, como bien
ejemplificaba La vida de Brian, en
excluir y tratar de disidentes a quienes no comulgan al cien por cien con
nuestra postura particular.
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