Elegir una canción entre tantas para que represente lo que
es uno es tarea entre apocalíptica y utópica. Apocalíptica en el sentido de que
solo tiene sentido en una especie del fin del mundo en el que tenga uno que decidirse
por cuestiones triviales con el mismo ímpetu que si fuera la vida en ello.
Utópica para quien, como yo, adora la música y tiene miles de discos con
decenas de canciones cada uno. Muchos años para decidirse.
La
mayoría de los grupos o artistas preferidos lo son porque en algún momento de
la adolescencia alguien nos preguntó y acogimos a uno cualquiera y luego, a lo
largo de los años, nos da pereza desdecirnos. Quizás por esa manía que tenemos
de asegurarnos una identidad estable a lo largo de los años, que permanezca
como la esencia que nos define. El centro de gravedad permanente que añoraba Franco Battiato, yo creo
que con algo de sorna.
En la
más temprana preadolescencia tuve un gusto atroz, luego me fui centrando en la
música que me pasaba un tío mío, hermano de mi madre, que conocía a cantautores
y al que le pirraba el rock andaluz. Imagino que tendría mis preferidos, como Imán, Califato Independiente
o, Jarcha, Miguel Ríos, Carlos Cano o Aute entre amigos, disco
que le desgasté con ganas. Luego fui descubriendo la música moderna, los
primeros Mecano, Vídeo, Tino Casal… Menos mal
que pude salir de aquello y entrar en el círculo de los que tenían gustos
musicales más selectos.
Recuerdo
que decidí que me gustaban Everything But The Girl, especialmente después de
ver When all is well y deslumbrarme con su primer disco. Durante
mucho tiempo fue mi consigna. Llegaron Tom Waits –como a
tantos–, Lou Reed y la
Velvet Undergroundy REM. Ahí me paré. REM sería mi grupo preferido. No
conseguía ni enterarme de las letras, mucho menos entenderlas, pero me
fascinaba el universo sonoro y plástico que tenían con IRS, su primera
compañía. Michael Stipe cantaba con una voz angelical y las guitarras eran
sublimes. Iba pasando de preferir una canción a otra, disfruté muchísimo Dead Letter Office, que recopilaba
caras b y versiones. Me encantaba escribir REM en las lunas de los coches
aparcados. Tenían la cualidad de la música, el respeto de la crítica y un mucho
de misterioso. Fall on Me, Perfect Circle, The One I Love… fueron los años de la universidad. Un verano en
el que trabajaba dando clases de 9 a 9 y luego salía por las noches hasta
tarde, solo tenía tiempo para descansar una hora y me ponía Tourfilm,
un vídeo que recreaba la gira del año anterior. Fue una auténtica sorpresa que
triunfaran y lo disfruté muchísimo, al fin podía escuchar a mi grupo favorito
en cualquier bar. Además, lo hicieron con una gran canción, Losing my Religion.
Hay
muchas canciones que me fascinan cada vez que las pongo, como Wouldn’t it be nice, de The Beach Boys; o Airscape, de Robyn Hitchcock; Alison de Elvis Costello; The Way Young Lovers Do, del gran Van Morrison; This is the Day, de The The; Sad Waters, de Nick
Cave; Firefly, de American Music Club; Jesus, etc. de Wilco por poner alguna de este siglo… una
enormidad que merecen la pena sin ni siquiera entender una palabra de la letra.
Por ejemplo, no comparto apenas con el imaginario campestre de Neil Young, pero
Barstool blues me emociona como pocas canciones, por mucho que
no llegue a meterme en la letra. En ese sentido tengo predilección por The Divine Comedy, no
solo porque Neil Hannon sea un vocalista excepcional, es que las canciones son
redondas, en letra, música y arreglos. Muchas canciones en español que tienen
unas letras maravillosas, como más de una de Esclarecidos, Por Amor al Comercio, o No hay nada como tú (Soberbia); las de Javier P. Corcobado,
alguna de los Planetas
y muchas de Los Enemigos. “Me
enamoré de mí mismo / pero luego me engañé / poniéndome los cuernos / con una
mala mujer” es brillante, pero las que incluyeron en La vida mata son increíbles. Radio Futura no solo aportaron
grandes letras, también hicieron la mejor traducción al español del poema de Poe. Estoy a salto de
mata, sin un plan, citando de memoria las que ahora mismo me vienen a la mente
y procurando obviar los cantautores, porque se supone que ellos sí que cuidan
sus letras.
Sin
embargo, no puedo decir que ninguna de las canciones de REM me representen. Si
tuviera que definirme con una canción, creo que optaría por una no muy conocida
de un grupo que tuvo su momento de gloria con el advenimiento del Grunge. Se
llaman Dinosaur Jr. Es curioso porque nunca me acuerdo del nombre de la
canción. Está en su disco Bug, y creo
que nadie le echó cuenta, oculta por el trallazo de Freak Scene. Cuando digo que Pond Song es la canción que me gustaría ser no quiero decir que sea
mi preferida –¡hay demasiadas!– sino más bien que si yo fuera una canción, me gustaría
verme como Pond Song.
J Mascis escribió la canción y
creo que hace un juego de palabras entre pond,
estanque, y to ponder, reflexionar,
ponderar. La letra dice, “el dolor es una ola, / vamos, montémosla” y más
tarde, “los recuerdos atacan, / te daré mi última grieta”, o mi último crack,
pero es poco probable, puesto que J es totalmente abstemio y rechaza cualquier
tipo de drogas, forma parte desde muy joven del movimiento straight-edge. J Mascis nació en Amherst, Massachusetts, como Emily
Dickinson y, según parece, vive en una casa que antes perteneció al padre de
Uma Thurman. Curiosidades del destino también hacen que “estanque” tenga
también un significado privado, sin embargo, n realidad nada de esto importa
para sentirme identificado con la canción.
Ponders
Yet you're undecided
I sprinkle looks to let you know
Pain is a wave
Come on let's ride it
Jump on now
Or
We'll have to row
Now, while your eyes run back
The memories attack
I'll give you my last crack
The dreams keep me awake
Feelings seem hard to shake
Same way I always fake
Dripping off, you come to meet me
Break off a piece, to let you know
And they bubble all around you
Yeah there's a love
But it won't show
And while your eyes run back
The memories attack
I'll give you one last crack
The dreams keep me awake
Feelings seem hard to shake
Same way I always flake
Need a way to keep it simple
All the times I bailed, you float
Girl you reaching for your anchor
I turned it down
Right down your throat
Es seguro que es una frikada muy prepotente querer ser una
canción, pero hace tiempo que lo decidí y aquí me quedo.
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